Imaginar constantemente el peor escenario posible o repetir conversaciones de días pasados. Puedes sentirte inquieto, tenso, abrumado por las decisiones o como si siempre estuvieras activo, incluso cuando estás agotado.
No es solo estrés. Es la sensación de que nunca puedes relajarte del todo, por mucho que te esfuerces.
Desenredaremos los pensamientos, creencias y patrones que mantienen tu sistema nervioso en alerta máxima y crearemos nuevas herramientas para la calma, la confianza y el control. No se trata de "deshacerte" de la ansiedad. Se trata de cambiar tu relación con ella.
Preocupación crónica o exceso de pensamientos
Ataques de pánico o síntomas físicos (corazón acelerado, opresión en el pecho)
Perfeccionismo o miedo al fracaso
Dificultad para dormir o relajarse
Complacencia y miedo a ser juzgado
Sentirse abrumado o atascado en la toma de decisiones